¿Está en riesgo de extinción el sauce criollo en Patagonia?
- bajolimay
- 7 jul 2016
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Las invasiones masivas de árboles de distintas especies de salicáceas euroasiáticas, sobre todo del complejo de sauces Salix alba - Salix fragilis, dieron forma a la estructura actual de los bosques ribereños en la Patagonia (Datri et al., 2016; Budde et al., 2012; Thomas et al., 2012). Sauces y álamos se introdujeron desde Europa a lo largo de la mitad del siglo XX, vinculado a la producción de fruta en los valles. El problema de que los bosques ribereños de la Patagonia hayan sido alcanzados desde las chacras, a los bordes de ríos y lagos es que principalmente los álamos, compiten con el sauce criollo (Salix humboldtiana), que es la única especie de sauce nativo de las riberas de la Patagonia (Thomas et al., 2012; Budde et al., 2011). Estos son facilitados por la amplia capacidad de colonizar superficies inestables y autoorganizar complejos biogeomorfológicos (es decir estructuras de plantas y suelos muy específicos y cambiantes) sobre las planicies inundables (Paquale et al., 2014; Moggridge y Gurnell, 2009; Francis et al., 2009; Gurnell y Petts, 2006; Gurnell, 2014). Mas info aquí.
Se reconocen en los sauces (Moggridge y Gurnell, 2009; Thomas et al., 2012; Budde et al., 2012) y álamos (DeWoody et al., 2015; Stella et al., 2012) rasgos ecológicos y genéticos comunes con unas pocas especies de árboles (pinos y eucaliptos), con efecto en la organización de la estructura de los ecosistemas. Desde esta concepción muy interesante para evaluar la conservación de especies y ecosistemas, la base genética de la comunidad y los procesos ecológicos son heredables. Esto permitiría entender la base genética de los procesos del ecosistema (Madritch y Hunter, 2004) y el efecto de fenómenos como el cambio climático y la introducción de organismos transgénicos en comunidades enteras (Whitham et al., 2006). Desde esta perspectiva, sauces y álamos son especies fundadoras que organizan la estructura de los ecosistemas. Al mismo tiempo que las comunidades se asocian a una condición ambiental particular, también son capaces de modelar al ambiente, lo que le permite persistir en nuevos ambientes fluviales y favorecer a más y nuevas especies (Corenblit et al., 2015).
Los sauzales se asocian con otros grupos funcionales indicadores de estabilidad como briófitas (musgos) y acuáticas, y un amplio rango de ambientes menos afectados por las inundaciones, configurando las estructuras más complejas del bosque ribereño en la Patagonia (Datri et al., 2016; Datri et al., 2013). Nuestro sauce nativo Salix humboldtiana, se asocia a bosques de sauces exóticos, pero su evolución queda condicionada por la capacidad de competir con S. alba y sus híbridos (Thomas et al., 2012; Budde et al., 2012; Datri et al., 2016). La baja variabilidad genética y la capacidad clonal del sauce nativo Salix humboldtiana en comparación con los sauces y álamos eurasiáticos, hicieron vulnerable a la especie a la exclusión competitiva (Thomas et al., 2012, Budde et al., 2010). Como si fuera poco, Hauman en 1947 informó de la baja presencia del árbol nativo a lo largo de las orillas de los ríos de la Patagonia.
El modelo matemático que elaboramos en nuestro proyecto de investigación nos permitió predecir que en bajas frecuencias de inundaciones de gran magnitud, la especie nativa S. humboldtiana está en riesgo de extinción. Esto porque si las frecuencia de inundaciones extremas fueran mas alta controlaría a álamos, su principal competidor en el Limay. Cabe aclarar que no encontramos en el pasado reciente importantes comunidades boscosas de sauces y álamos exóticos pese a ser especies introducidas a los valles desde principios del siglo XX. Solo hacia principios de los años 70, comenzamos a reconocer configuraciones muy heterogéneas de sauces y más tarde de sauces y álamos, con la inauguración dela represa de El Chocón.
En función de una perspectiva ecológica y genética, nuestro diagnóstico indica que son necesarias medidas de conservación no solo en las poblaciones de la especie. También es necesario el manejo del bosque. No se puede escindir la acción de conservación de sauces criollos, sin manejar las poblaciones de árboles exóticos, especialmente de álamos y dos nuevas invasoras del sotobosque del Limay: acer y fresnos. Esto sumado a la fuerte presión de uso del suelo ribereño con fines urbanos, que erradica bosques y rellena cauces del río.

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